Este Domingo que no vivo sino que es un día menos largo como otros, despierto sin tener ningún deseo mas que el de dejar mi cuerpo arropado y los ojos puestos en la pantalla de TV, proyectando una película alquilada. La búsqueda de ese film, fue lo único este día, que me hizo forzar a vestirme, trasladarme hasta el local de video y volver. Comprar algunas cosas del mercado no estuvo nada mal. El sol se había escondido ya en la llegada de la noche.
Mas allá de esto, ganas de nada. Escuchar a nadie, ver a nadie. Leer los titulares de los periódicos por internet que ya no dan escalofríos, a menos que no sepan nada de lo que sucedió antes, o peor aún, no importarles.
Si bien la burguesía se traslada mas a convertirse en un concepto abstracto. Estas cosas no les interesa en demasia.
No esperen que den pelea por este u otro resultado.
No puede asombrarse nadie de que desaparezca un tipo. Dos veces. Y que a pesar de haber sobrevivido a su primer desaparición forzada, bajo un régimen nefasto, haya sido en este momento de ¨ democracia bajo llave¨ su destino final de la muerte que escapó hace 30 años.
En el celular me aparece un mensaje de texto pidiendo por datos acerca del paradero de este hombre. En televisión pasan la cotización de recompensa que suministra este Estado para dar con su paradero. Los diariso están entongados con su foto y las hipótesis cruzadas. Las marchas a Plaza de Mayo, divididas por razones políticas y otras razones menos mostrables, o celosamente guardadas en secreto parcial. Los políticos, entonados en su ¨Compromiso por los derechos humanos¨ tratan de cuidar sus declaraciones y sus espaldas - no las de los testigos, que son pocos- luego de las declaraciones del gobernador. Pero alguien les hace saber al presidente que López no es el primer desaparecido en democracia. Y eso tumba y refuta la maldita hipocresía y mentira con la que trata el gobierno.
Sin hacer concesiones. Me hallo en una guarida de pensamientos inconfesables.
No merece nada la pena hoy.
Merezco un parto de nuevo.